El post de las vacaciones

Tras apurar las vacaciones, volver al trabajo y descubrir que mis jefes están desaparecidos durante una semana, atascarme en la demo de Broken Sword 4 (he escuchado a los mafiosos, he toqueteado carne grasienta y no sé qué hacer con el hielo), y enterarme del horario durante las fiestas locales (de 9 a 14 durante 5 dias, ya contaré qué tal es eso de la jornada laboral de 35 horas), va un post aburrido que equivale al pase de diapositivas tradicional que ocurre cuando se vuelve de un viaje.

Como siempre. click en las fotos para verlas más grandes.

La ida.

Por el camino paramos en Astorga para comprar chocolate y estirar las piernas. Muy bonita Astorga y muy rico su chocolate. Entre las cosas que se pueden ver de manera rápida están la Catedral.

Que, por cierto, aún no sé de qué es la figura que tiene en 'to' lo alto.

Y el Palacio de Gaudí, más redondo y tal.

Por si alguien piensa que Gaudi está sobrevalorado como genio (o GENIO!) ¿En qué otro sitio puedes encontrar limones en las vidrieras? ¿eh? ¿eh?

La estancia.

Resumida en descansar, comer bien, beber bien y estar en contacto con la naturaleza. Tanto animales:

• Solo uno de los gatos se dejaba mimar, pero molaba verlos saltando y persiguiéndose unos a otros por el jardín.

• El de la izquierda es Rocky, la de la derecha es Chenoa, no, yo no les puse los nombres.

• Más bichos, vacas muy tranquilotas en un prado.

• Mientras estuve allí (concretamente mientras fotografiaba vacas) nacieron estos cerditos. En la foto deben tener cosa de media hora de vida. Eran más bonitoooos, todo rosados, calentitos y suaves. También ví un ternero recien nacido, pero su establo era muy oscuro y no era plan de asustarle a él y a la madre con el flash.
  

Y esto son las plantas:

• Vaya hermosura de brezo, tuve uno en una maceta en Valladolid, pero aquí se mueren. Mirase donde mirase había brezo. Uh, uh, mola.

• Pena que la mayor parte del verde estuviese así de negro. Así pillasen a todos los que pegan fuego y los capasen con unas tenazas.

• Y también "visité" la casa donde vivieron mis bisabuelos. Está casi arruinada, ya es demasiado peligrosa para entrar, el horreo ha desaparecido y, dentro de poco, no se podrá aprovechar ni las paredes. Y es una pena porque el sitio es cojonudo.

La vuelta.

4 horas de aburrimiento en el bus. Alsa cada día merece menos la pena para viajar.