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En la tierra que mis padres compraron en Galicia había un ciprés tan alto (o más) como un edificio de 6 plantas y con el tronco tan ancho que necesitabas dos personas de brazos largos para abrazarlo entero.

Nos ha llamado un familiar que vive cerca y nos ha contado que el viento de la noche del viernes lo ha arrancado de raiz. Por suerte no ha caido sobre la casa ni sobre el garaje (lo que había sido peor: el establo del vecino está junto a éste y está lleno de vacas).

Ahora estamos comentando si llamar a la finca: "El ciprés que ya no está".

Actualización 21:52h: Tenemos noticias nuevas, el ciprés (raices de sujección reventadas, igual rebrota) no es el único que ha sufrido, el viento ha arrancado robles, pinos, eucaliptos y todo lo que ha pillado (a un señor se le ha llevado el garaje y el cobertizo de las gallinas, no se sabe nada de las gallinas, por cierto).

Lo que más sienten los vecinos (el pintor sobre todo) es que el ciprés se ha caido encima del peral que también había en la tierra cuando se compró. Llegaba 3/4 de la altura del ciprés y (como eso es campo abierto) la gente se pasaba por él a recoger las peras, este año se han chafado los planes de la cosecha de peras.

De izquierda a derecha: el ciprés y el peral. Click en la foto para verla más grande.