Desgana

Desde hace unos días no tengo ganas de venir al trabajo. No es que me lleve mal con nadie, ni esté hasta arriba de tareas, ni siquiera me molesta el frío mañanero a pesar de que ya empiezo a notar que me ronda otra semana de media gripe (ni muy leve para pararla en seco con frenadol, ni lo bastante grave para pasar 2 días reposando en la cama).

Es que quiero dormir un poco más (hasta las 8 al menos), terminar de ordenar el cuarto; limpiar la estantería negra; colocar las cosas que hay encima del baul (estoy completamente segura de que pueden ocupar la mitad); transplantar los brotes de limonero; pasar a limpio los apuntes del curso de gallego (que ya lo terminé); averiguar por qué el msn no me dejó hacer una videoconferencia con Su Majestad, Emperador de la República de Barataria y me ponía como excusa que no puedo hacer videoconferencias si no tengo XP; ordenar los datos del USB; preparar la migración a Linux (Suse, lo más probable); empezar a preparar Álgebra, que el examen es en Febrero; mirar el código fuente de gvSig; mirar el código fuente de scummvm ; ver los extras de Casablanca, edición especial de 2 dvds; probar el frozen buble 2.0 ; subir las fotos del dispensador raro que me encontré en los servicios de un bar; hacer un post sobre el tema; ir al servicio técnico a ver qué demonios pasa con mi móvil...

[Aquí hay un largo lapso de tiempo durante el que he estado preparando un PC para una reunión de mis jefes y me he ido a tomar un café, bueno, un bocata que a estas horas ya hay hambre]

Son las 12:30. Continuamos para bingo.

También quiero arreglar un par de fotos de las vacaciones en Galicia, que quedaron muy bonitas, para ofrecerlas como fondos de escritorio (o lo que se quiera hacer con ellas) bajo una licencia de Creative Commons.

Al menos, hoy me iré media hora antes, que la reunión les tendrá ocupados todo el día.