martes, diciembre 23, 2008
khaaaaan!
Tras un montón de tiempo ocupada (muchas veces mirando al techo, lo reconozco), me fui a una quedada y volví para encontrarme a mi madre tumbada en el sillón con gastroenteritis vírica.
El virus saltó luego a mi padre y a mi hermano y parecía que se quedó allí. Parecía.
En fin... llevo toda la mañana corriendo al servicio y me espera una semana de caldos y sopitas.
Ni pistachos, ni turrón, ni ninguna cosa rica para comer. snif.